la gente recorriendo


¿Qué ven tus ojos que mis ojos no ven?
Foto: MB



¿Qué siente tu cuerpo que mi cuerpo no siente?
Foto: MB


¿Puede el arte aportar a la transformación social?

En base al pensamiento de Gregory Bateson, Alfred Korzybski acuñó la famosa frase “El mapa no es el territorio” y Alicia Cytrynblum en su libro Periodismo Social afirma que por más detallado que sea un mapa, siempre será una representación limitada de un territorio. En la descripción no caben todos los actores, ni los olores, ni las honduras del terreno. Siempre se tratará de una interpretación fragmentada de quien reporta. En el caso de los medios de comunicación, este recorte de la realidad se produce, en gran medida, en base al paradigma dominante que, a fuerza de repetición, moldea la opinión pública.

Aplanar el mundo es reducirlo, suponiendo que con ello se accede más directamente al conocimiento, pero no es así, aplanar el mundo significa separarlo de la unidad de su propio ser.

En el arte sucede algo semejante, cuando se reduce sólo al plano visual, vale decir a la bidimensión, se excluyen gran parte de las capacidades polisensoriales del espectador a la vez que se reducen las capacidades creativas del artista quien, como medium de la Creación, puede llegar a poner luz en territorios que aún no tienen forma ni existencia en la memoria.

Por otro lado, sabemos que hoy el mundo está en plena crisis de supervivencia y esta condición no es privativa de un grupo social ni de una región del planeta; la envergadura de la crisis remite a todos y se profundiza día a día observándose con mayor precisión en el conjunto de la vida y en todos los reinos de la naturaleza.

Hoy estamos transitando los últimos estertores de la cultura posmoderna y aunque sepamos que el mapa no es el territorio, ni el icono el Dios, ni la foto la persona, seguimos fascinados por todo lo que nos brinda la imagen de dos dimensiones.

El arte no es inocente y los artistas no somos un adorno para el mundo del consumo. El Arte es un instrumento para sentir, pensar y develar realidades de planos superiores de la conciencia. Entonces ¿porque no superar la reducción bidimensional que el consumismo nos ha instalado como patrón de acceso al conocimiento?

Comulgando con este momento histórico, donde la crisis no es sólo económica, política, o social, sino también existencial y planetaria, esperamos del Arte un giro sustancial que aporte al crecimiento humano en pos de una conciencia integral, teniendo en cuenta que más allá de las formas mensurables existen territorios energéticos sin formas ni fronteras donde la creación se libera respirando el espacio que nos une.

MB

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